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Un guerrero en una cruzada por la paz

Levante-emv - http://www.levante-emv.com/
Autor: OLGA BRIASCO VALENCIA
30 de Jun de 2009

El Dalai Lama de la Amazonia, Davi Kopenawa, asegura a Levante-EMV que los buscadores de oro traen las enfermedades y envenenan a su pueblo

La vida de Davi Kopenawa está marcada por la lucha, por la preservación de la tierra y los derechos de su pueblo amazónico, los Yanomami. Desde los años 80 Kopenawa -que en su lengua significa guerrero, luchador-ha liderado a los suyos ante la incursión en sus tierras de buscadores de oro, que acabaron con un 20% de la población indígena en tan solo siete años. A partir de aquí, comenzó una peregrinación internacional para trasladar los problemas de su pueblo a la comunidad internacional: \"Mi trabajo es llevar el mensaje del pueblo yanomami fuera de él. Nací para luchar, y mi lucha es defender a mi pueblo\", explica en unas declaraciones realizadas a Levante-EMV.

El líder indígena, apodado por la prensa como \"el Dalai Lama de la Amazonia\" califica de \"bonita\" esa comparación y explica que \"el Dalai Lama es un hombre especial. Desde pequeño aprendió a escuchar el espíritu y el espíritu le quiere. Él se hizo gran chamán para cuidar de su pueblo a ayudarles a no estar enfermos y tener salud\" y añade que \"yo soy Davi Kopenawa Yanomami. Yo soy paje [chamán] para curar a las personas y luchar para defender el pueblo. Para que mi pueblo pueda permanecer en paz\". El chamán recalca que \"el creador nos creó para que cuidemos de nuestros pueblos\".

En su opinión, los buscadores de oro \"son enemigos, son locos que quieren encontrar el oro que hay debajo de la tierra\" y remarca que \"nunca están felices, siempre están buscando oro, destruyendo los ríos y poniendo veneno - mercurio-\" y denuncia que \"los pescadores de oro trajeron las enfermedades, como la malaria, una enfermedad desconocida para nosotros\".

Para los Yanomami -un pueblo de 16.000 personas-, la salud es \"una cuestión muy difícil\" porque \"el Gobierno de Brasil mira al pueblo de la ciudad y no quiere mirarnos a nosotros, que vivimos en la selva\". Por ello, aprovecha la ocasión para pedir \"que se mejoren nuestras condiciones de salud y, así, no desaparecer\".

Kopenawa, confiesa que ve \"con curiosidad los aviones, los coches, los barcos, las televisiones, la luz eléctrica,..\" pero lo hace pensando en \"la destrucción de la tierra alrededor de la ciudad\". Por ello, cree que el hombre \"siempre esta preocupado y quiere más \'matihib\'[bienes de consumo]\" pero \"nunca va estar contento\".

El chamán, padre de seis hijos, también remarca que \"nuestra política se basa en no destruir la tierra, en la defensa de la naturaleza, del planeta, de los recursos naturales\" y, en definitiva, de \"la selva\". Una postura contraria a la que practican los gobiernos: \"Creo que los hombres blancos tienen que cambiar sus leyes que permiten destruir y no deben pensar en sus bolsillos\". Pero para que ocurra esto, según el líder espiritual, deben \"pensar dónde termina el horizonte, en las generaciones del futuro y escuchar a los pueblos indígenas que por todo el mundo están avisando de que no se debe seguir destruyendo la tierra\".

Asimismo, destaca la creación de la asociación Hutukara para defender la naturaleza: \"Nuestro pensamiento es crear una barrera para no dejar entrar al blanco en nuestra tierra, porque tiene dueño y es sagrada\" y destaca que \"es ahí donde están enterrados nuestros antepasados y los yanomami llevamos viviendo allí miles de años, por eso no se puede buscar oro allí\", afirma.
Davi Kopenawa realizó estas declaraciones con motivo de su visita a Madrid para recibir una Mención Honorífica otorgada por el jurado del Premio Bartolomé de las Casas, en reconocimiento a su trabajo en defensa de los derechos del pueblo yanomami y de otros pueblos indígenas brasileños.

Una vida marcada por la lucha y la reivindicación

La vida de Davi Kopenawa ha estado caracterizada por la valentía, el tesón y la madurez que todo líder de una comunidad necesita para saber trasladar al mundo entero las necesidades de los pueblos indígenas y saber reivindicar, a través del diálogo, sus derechos.

Su infancia estuvo marcada por un hecho que le cambió la vida: Fue testigo de la muerte de su madre y de otros miembros de su familia por culpa de las enfermedades que \"trajeron los buscadores de oro\". En vez de rendirse, decidió emprender un camino que le llevaría por \"el mundo civilizado\" para abogar por los derechos territoriales de los yanomamis. Para lograr su meta aprendió portugués, trabajó con la Fundai (departamento del gobierno brasileño para asuntos indígenas) y, en 1978, con la ONG Comisión Pro Yanomami -esta ONG junto a Survival Internacional materializaron en 1992 la demarcación de la tierra del pueblo indígena-.

Ya han pasado 30 años desde que comenzó su reivindicación y, a pesar de las constantes amenazas de muerte, sigue con humildad y endereza este camino porque \"el creador así lo quiso\". Ahora, padre de seis hijos, traslada a los ciudadanos sus preocupación por el Planeta.

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