VOLTAR

Indígenas en aislamiento. Una realidad

Artigo- Glenn H. Shepard Jr.
Autor: Glenn H. Shepard Jr.
01 de Jul de 2002

Parece cuento. Hoy día, al despertar del tercer milenio, en el auge de la época de la informática, cuando todas las naciones son conectadas por lazos económicos, sistemas de transporte intercontinental y una red de comunicación electrónica instantánea, la Tierra se encuentra rodeada de satélites artificiales y existen planes concretos para enviar hombres al planeta vecino de Marte, sobreviven aún en la remota selva amazónica pequeños grupos nómadas que rechazan el contacto con el resto de la humanidad y se mantienen completamente aislados de la llamada civilización.

Llamados variadamente como indígenas aislados, indios no-contactados, nómadas, grupos en aislamiento voluntario o forzado, pueblos libres o excluidos, así como calatos, bravos, salvajes, mashcos y chunchos, es poco lo que sabe sobre su población, su historia, su territorio, sus idiomas, sus conocimientos y modos de vivir y sus percepciones de la población extraña que les rodea y cada día llega más cerca. Podemos suponer con alguna confianza que son varios grupos étnicos distintos; que no son tan pocos como algunos madereros, periodistas, estudiosos y religiosos nos quieren hacer creer; que migran por territorios extensos entre diferentes cuencas del Madre de Dios y otras regiones remotas de la Amazonía, cazando, pescando y recolectando los recursos dispersos de la selva exuberante y cruel; que algunos de ellos habrían abandonado la agricultura, quizás huyendo de las correrías de la fiebre del caucho; que no conocen el dinero, ni las cosas que el dinero compra, ni la esclavitud de la deuda, el peonaje y el patrón; que no tienen inmunidad contra enfermedades comunes como la gripe; que no deben tener vergüenza de su propia desnudez pues con sus pinturas corporales y otros adornos no son desnudos, por lo menos hasta que llegue alguien para enseñarles que sí son.

Son muchas las suposiciones, muchas las teorías, mucha la polémica. Lo único que sabemos con certeza es que, enfáticamente, en repetidas ocasiones, usando diferentes hechos, gestos, y formas de expresión, estos grupos humanos no quieren todavía el contacto con la sociedad mayor. Ni con indígenas vecinos, ni con madereros, ni misioneros ni "hermanos" indígenas evangélicos, ni antropólogos, equipos de filmación, turistas, aventureros ni con nadie. No sabemos exactamente por qué. Sea por memorias remotas de la sangrienta época del caucho, sea por conflictos más recientes con invasores diversos, sea por miedo a la gripe, o simplemente porque se consideran los únicos seres humanos auténticos y que el resto somos unos bárbaros... Tendrán sus razones. ¿Será que resulta tan difícil respetar esta opción?

¿Quiénes son estos pueblos misteriosos, estos renegados que huyen de la civilización entre comillas? Para las empresas madereras, por lo menos oficialmente, son inexistentes, una invención de los antropólogos, de los ecologistas, de radicales militantes indígenas. Para los madereros, no en sus declaraciones a la prensa y al gobierno sino en el monte, realizando tala depredadora e ilegal de maderas finas, estos seres inexistentes se vuelven enemigos mortales que defienden su territorio con arco y flecha contra escopetas, carabinas y explosivos. Para las empresas petroleras transnacionales, son un costo adicional en su balanza de riesgos y beneficios, que en algunos casos merece contratación de antropólogos, formulación de planes de contingencia e inversión en las relaciones públicas. Para los misioneros de algunas religiones y sectas, son almas que conquistar para el Reino del Señor, cualquiera sea el precio en vidas, sufrimiento, trastornos y humillación de los Calatos Salvados. Para algunos científicos, son curiosidades paleolíticas cuyo valor científico diminuye tan luego dejan la caza y recolección nómada por la agricultura sedentaria. Para equipos de filmación y empresas de turismo de aventura, son un atractivo, un exotismo romántico que aumenta el valor de sus producciones y paseos. Para el gobierno peruano, son ciudadanos comunes y corrientes, sin ninguna protección o consideración especial dentro de la legislación actual sobre comunidades nativas.

¿Cuál es el futuro de los indígenas aislados? Infelizmente, no hay necesidad de consultar una bola de cristal para predecir el futuro de estos pueblos desconocidos. Basta observar la historia de las últimas décadas, del último siglo, de los últimos quinientos años. Guerra, colonización, explotación brutal y depredadora de los indígenas y los recursos naturales, aniquilamiento de la población nativa por epidemias, dislocación territorial y finalmente, para los que tienen suerte, los sobrevivientes, asimilación, humillación y marginación por debajo del último escalón de la sociedad nacional. Mencionemos, sólo como un ejemplo entre decenas, los yora, habitantes temidos del Alto Manu que rechazaron a los invasores madereros, petroleros, misioneros y hasta la propia Marina de Guerra del Perú, hasta 1985, fecha en que fueron contactados forzadamente como resultado conjunto de todos los mencionados invasores. Murió mas de la mitad de la población en los primeros años de contacto. Hoy día, los yora viven a la merced de madereros que trabajan ilegalmente en su territorio, una Reserva del Estado que el Estado jamás defendió. Los yora de hoy se llaman entre sí con cariño y nostalgia wero yõshi, "fantasma," pues son los fantasmagóricos sobrevivientes de una tragedia humana olvidada en la selva peruana.

Esto es el futuro que espera los indígenas aislados. Esto es el futuro que está siendo llevado para la selva de Madre de Dios en este momento, acercándose cada día más. Este será el futuro trágico y definitivo, que no es futuro ninguno, para los indígenas aislados y la selva de Madre de Dios, si el gobierno peruano no cambia radical y urgentemente sus políticas hacia estas poblaciones y esta región.

As notícias aqui publicadas são pesquisadas diariamente em diferentes fontes e transcritas tal qual apresentadas em seu canal de origem. O Instituto Socioambiental não se responsabiliza pelas opiniões ou erros publicados nestes textos. Caso você encontre alguma inconsistência nas notícias, por favor, entre em contato diretamente com a fonte.