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DECLARACIÓN DE KIMBERLEY

CEDIN-Costa Rica
09 de Set de 2002

Nosotros, los Pueblos Indígenas, caminamos hacia el futuro sobre las huellas
de nuestros ancestros
(Preámbulo de la Declaración de Kari-oca, Brasil 30 de Mayo de 1992)
Nosotros, los Pueblos Indígenas del Mundo aquí reunidos reafirmamos la
Declaración de Kari-Oca y la Carta de la Tierra de los Pueblos Indígenas.

Desde 1992, los ecosistemas de la Tierra están siendo arrasados por el
cambio. Estamos en medio de una crisis. Estamos en una espiral acelerada de
cambio climático que no resistirá la codicia insostenible.

Hoy reafirmamos nuestra relación con la Madre Tierra y nuestra
responsabilidad con las generaciones futuras de mantener la paz, la equidad
y la justicia. Ratificamos nuestras declaraciones previas sobre
sostenibilidad humana y ambiental*. Continuamos insistiendo en los
compromisos que se hicieron en la Cumbre de la Tierra, como queda reflejado
en esta Declaración Política y en el Plan de Acción que la acompaña. Los
compromisos adquiridos con los Pueblos Indígenas en la Agenda 21, incluida
nuestra participación plena y efectiva, no han sido llevados a la práctica
debido a la falta de voluntad política de los estados.

Como Pueblos Indígenas, reafirmamos nuestro derecho a la autodeterminación,
a poseer, controlar y manejar nuestras tierras y territorios ancestrales,
aguas y otros recursos. Nuestras tierras y territorios son la base de
nuestra existencia - somos la tierra y la tierra es nosotros; tenemos una
relación especial, espiritual y material con nuestras tierras y territorios,
que están íntimamente unidos a nuestra supervivencia, y a la preservación y
mayor desarrollo de nuestros sistemas de conocimiento y nuestras culturas, a
la conservación y uso sostenible de la biodiversidad y al manejo de los
ecosistemas.

Tenemos derecho a definir y establecer prioridades y estrategias para
nuestro autodesarrollo y el uso de nuestras tierras, territorios y otros
recursos. Exigimos que nuestro libre consentimiento fundamentado previo sea
el principio de la aprobación o negación de cualquier proyecto o actividad
que afecte a nuestras tierras, territorios y otros recursos.

Nosotros somos los pueblos originarios ligados a la tierra por nuestros
cordones umbilicales y los restos de nuestros antepasados. Nuestros lugares
especiales son sagrados y exigimos el mayor respeto. Perturbar los restos de
nuestras familias y ancianos es una profanación de gran magnitud y
constituye una grave violación de nuestros derechos humanos. Pedimos la
repatriación total e inmediata de todos los restos humanos de los Khoi-San
actualmente conservados en museos y otras instituciones en todo el mundo, al
igual que los restos humanos de todos los demás Pueblos Indígenas.
Mantenemos el derecho sobre nuestros lugares sagrados y ceremoniales y sobre
nuestros restos ancestrales, incluido el de acceso a los lugares sagrados,
arqueológicos e históricos.

El reconocimiento y la aceptación nacional, regional e internacional de los
Pueblos Indígenas es fundamental para conseguir la sostenibilidad humana y
ambiental. Nuestros sistemas de conocimiento deben ser respetados,
promovidos y protegidos, y deben garantizarse y asegurarse nuestros derechos
colectivos de propiedad intelectual. Nuestro conocimiento no es del dominio
público, es propiedad cultural e intelectual colectiva, protegido bajo
nuestro derecho consuetudinario. El uso no autorizado y la apropiación
indebida del conocimiento son una usurpación.

La globalización económica constituye uno de los principales obstáculos para
el reconocimiento de los derechos de los Pueblos Indígenas. Las
corporaciones internacionales y los países industrializados imponen su
agenda global a las negociaciones y acuerdos del sistema de las Naciones
Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización
Mundial del Comercio y a otros organismos, limitando los derechos
consagrados en las constituciones nacionales y en los Convenios y acuerdos
internacionales. La extracción insostenible, la recolección, los modelos de
producción y consumo han llevado al cambio climático, la contaminación
generalizada y la destrucción del medio ambiente, expulsándonos de nuestras
tierras, con el resultado de enormes niveles de pobreza y enfermedad.

Nos preocupa seriamente que las actividades de las corporaciones mineras
multinacionales hayan provocado la pérdida y la profanación de nuestras
tierras y territorios, como ha sucedido en el territorio Khoi-San. Estas
actividades han causado enormes problemas de salud, han interferido en el
acceso a, y la ocupación de, nuestros lugares sagrados, han destruido y
agotado a la Madre Tierra y minado nuestras culturas.

Los pueblos indígenas y nuestras tierras y territorios, no somos objetos del
desarrollo turístico. Tenemos derechos y responsabilidades a nuestras
tierras y territorios. Somos responsables por defender nuestras tierras,
territorios y pueblos indígenas contra la explotación turística por
gobiernos, agencias de desarrollo, la empresa privada, las ONGs y los
particulares.

Reconociendo el papel esencial que el pastoreo, la caza y la recolección
desempeñan en la subsistencia de numerosos Pueblos Indígenas, exigimos a los
gobiernos que reconozcan, acepten, apoyen e inviertan en el pastoreo, la
caza y la recolección como sistemas económicos viables y sostenibles.

Reafirmamos el derecho de nuestros pueblos, naciones y comunidades, nuestras
mujeres, hombres, ancianos y jóvenes al bienestar físico, mental, social y
espiritual.

Estamos decididos a asegurar la participación igualitaria de todos los
Pueblos Indígenas del mundo en todos los aspectos de la planificación para
un futuro sostenible, incluyendo a las mujeres, hombres, ancianos y jóvenes.
El acceso igualitario a los recursos es un requisito para conseguir dicha
participación.

Pedimos a las Naciones Unidas que promuevan el respeto al reconocimiento, la
observancia y el cumplimiento de los tratados, acuerdos y otros arreglos
constructivos establecidos entre los Pueblos Indígenas y los Estados, o sus
sucesores, de acuerdo con su espíritu e intención originales, y que hagan
que los Estados honren y respeten esos tratados, acuerdos y arreglos
constructivos.
El idioma ha sido la voz de nuestros ancestros desde el comienzo de los
tiempos. Preservar, asegurar y desarrollar nuestros idiomas es
extremadamente urgente. El idioma es parte del alma de nuestras naciones, de
nuestro ser, es el camino hacia el futuro.
En caso del establecimiento de asociaciones para conseguir la sostenibilidad
humana y ambiental, éstas deben ser fundamentadas en los siguientes
principios: nuestros derechos a la tierra y a la autodeterminación;
honestidad, transparencia y buena fé; libre consentimiento fundamentado
previo; respeto y reconocimiento de nuestras culturas, idiomas y creencias
espirituales.
Damos la bienvenida al establecimiento del Foro Permanente sobre las
Cuestiones Indígenas y pedimos a las Naciones Unidas que aseguren todo el
apoyo político, financiero e institucional necesario para que pueda
funcionar de forma efectiva de acuerdo con su mandato, tal y como se
contiene en la Resolución E/2000/22 del Consejo Económico y Social. Apoyamos
la continuidad del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones
Indígenas, basándonos en la importancia de su mandato para establecer
normativas internacionales sobre los derechos de los Pueblos Indígenas.
Solicitamos la realización de una Conferencia Mundial sobre Pueblos
Indígenas y Desarrollo Sostenible como culminación del Decenio Internacional
de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas (1995-2004) y como una
forma concreta de seguimiento de la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible.
Continuamos reuniéndonos en el espíritu de unidad inspirado por el pueblo
Khoi-San y su hospitalidad. Reafirmamos nuestra solidaridad mutua como
Pueblos Indígenas del mundo en nuestra lucha por la justicia social y
ambiental.
* Incluyendo el Proyecto de Declaración de las Naciones Unidas los Derechos
de los Pueblos Indígenas, la Carta de la Alianza Mundial de los Pueblos
Indígenas y Tribales de los Bosques Tropicales, la Declaración de Mataatua y
la Declaración de Santa Cruz sobre propiedad intelectual, la Declaración de
Leticia de los Pueblos Indígenas y otros pueblos dependientes de los bosques
sobre el uso sostenible y manejo de todos los tipos de bosques, la Carta de
los Pueblos Indígenas del Artico y de la Lejana Siberia Oriental, la
Declaración Política de Bali de los Pueblos Indígenas y la Declaración de
los Pueblos Indígenas de África Oriental en la reunión preparatoria regional
de la CMDS.

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